La mayoría de las noches mi hija, la pequeña Luciana antes de dormirse y luego de sus oraciones me pide que le cuente un cuento, pero no un cuento cualquiera, sino una historia de cuando yo era pequeño, este ritual no siempre resulta fácil y luego de la historia, siempre termino diciendole, duermete que hoy por la noche me voy a hacer pequeño en tus sueños para ir a jugar contigo, hasta hace un mes que me sorprendiste diciendome lo bien que la pasamos, jugando y haciendo travesuras, me enternecio ese hecho y me hizo pensar un poco en ese niño que un día fui...
Ya que estoy seguro que a la persona que tengo menos probablidades de olvidar es a un niño que creció junto conmigo y al cual veo ahora, muy de tarde en tarde. Lo recuerdo casi constantemente, una que otra vez tropiezo con el, en un parque o tal vez a la salida de un cine, algunas veces al fijar la mirada en un pequeño, veo transformarse en mi a ese otro niño que con todo y haber tenido una existencia real y serme tan conocido, es incorpóreo, inaccesible, como las criaturas de los sueños, aunque su realidad física es mas bien dudosa y solo fugitivamente pasa por mi vida, a manera de una momentánea punzada, si ese niño llegase a faltar, me sentiria perdido, porque ese niño es el que yo fuí en otro tiempo. gracias Luciana por recordarmelo todas las noches.
1 comentario:
Que sentimiento mas puro, puede a llegar a sentir un padre, encontrar a su niño interno en su hija, y con ternura, darle las gracias, siendo todo lo mejor padre que una persona puede ser, me sorprende la gran ternura de esta entrada, en verdad, no la esperaba...
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